24 de diciembre de hace algo más de dos milenios..., aunque parece que ni fue un 24 ni en diciembre ni hace 2012 años. Los historiadores y expertos la fijan unos años antes (entre 2 y 4), en otoño, probablemente en septiembre; y el día 29.
El caso es que ocurrió, que cielo y tierra se dieron la mano en un pequeño portal, en una pequeña aldea, en un perdido lugar de este nuestro mundo y que, valorando la magnitud del acontecimiento, la fecha, para ser francos, es lo de menos.
Pero los humanos somos así, nos gusta recordar las fechas importantes de nuestra vida y, puestos a consensuar, por qué no un 24 de diciembre.
Recordamos fechas de nacimientos, aniversarios, graduaciones, bodas, encuentros... Fechas que recordamos y celebramos con cariño, intuyendo que en esa combinación de año, mes y día, para nosotros, como en Belén, también brilló una estrella.
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